Si quiere que el sueño juegue a su favor, dormir es una prioridad de recuperación, de rendimiento sostenible y de vida.
jue 29 septiembre 2022 06:05 AM
Jorge Cuevas
(Expansión) - Dicen que el tiempo lo cura todo, pero lo que cura todo es el sueño, dice el científico del sueño Matthew Walker.
Dormir repara la mente y el cuerpo, pero vivimos en una sociedad cansada que padece una epidemia: El mal dormir.¿Estás logrando pan para el presente a costa de hambre para el futuro? Analízalo. Primero piensa en este ejemplo.
Imagina que Alejandro está en un puesto en una compañía, tiene a su pareja, su hijo, amistades, aficiones y deporte. Alejandro no es una persona mediocre, por lo menos eso opina él de sí mismo, pero tiene un reto, para tener altos niveles de éxito en todos sus roles.
Como pareja, padre, colaborador, amigo y deportista, ya no le alcanza el tiempo, así que un día se sienta a pensar en una estrategia y su brillante idea es dejar de dormir ocho horas y empezar a dormir cinco y media para que el tiempo le alcance para todo. Pues mangos, Alejandro ya cayó en la trampa, espero que tú no.
Él ya está consiguiendo pan para el presente a costo de hambre para el futuro, porque probablemente con este cambio de dormir menos tenga un poco más de éxito en su carrera, quizá quede mejor con su pareja o sus hijos, tal vez tenga buenos momentos haciendo deporte, pero solo por un tiempo, lo que decidió no es sostenible porque en un futuro nada lejano:
- Bajará su rendimiento físico y mental.
- Reducirá la capacidad de recuperación de sus órganos.
- Estropeará la capacidad de su mente de sanar emociones.
- Se quitará posibilidades de ser más creativo. Y, en general, estará cosechando estrés y fatiga crónica.
Según nos explica el científico del sueño, en su libro “¿Por qué dormimos?”, Alejandro puede reducir hasta 30% su expectativa de vida, por dormir de forma deficiente. Matthew Walker, después de mostrarnos investigaciones donde se ve la relación entre enfermedades crónicas, terminales y falta de sueño, nos sentencia así: “Entre menos duermas, más corta será tu vida”.
El autor nos dice que desde la revolución Industrial y la creación de la luz eléctrica, la humanidad ha caído en una epidemia de falta de sueño, que en quienes la padecen reduce su lucidez, inteligencia, reparación corporal, sistema inmunológico, niveles de felicidad y expectativa de vida. Imagínate el tamaño de la epidemia, en las naciones industrializadas, dos terceras partes de la población duerme de forma deficiente.
Este #LibroChido ¿Por qué dormimos?, me hizo concluir tres cosas concretas que me cambiaron el sueño, espero que te impacten de alguna manera:
Primera: dormir bien es trascendente
Es muy útil saber a qué nos referimos con dormir bien. Resulta que los humanos tenemos un sueño bifásico, es decir, necesitamos de ley dormir de siete a nueve horas por la noche, esa es la primera fase para alcanzar los tipos de sueño que reparan el cuerpo y la mente.
Hay una segunda fase de sueño muy provechosa que es hacer una siesta, no demasiado tarde, para que no se te vaya el sueño en la noche. Nuestro cerebro es muy viejo, a diferencia de la luz eléctrica, así que dormir bien para nuestro cerebro implica un par de horas estar lo menos expuesto a la luz artificial porque la natural ya se fue solita. Quizá alguien me diga que es nocturno y puede ser, solo que en más del 99% de los humanos, el cerebro está hecho para dormir de noche.
Dormir implica recuperación física, reconstrucción mental y emocional, pero cuando alteras el sueño reduces ese desempeño, por eso aunque te adaptes a no dormir, estás más de malas, menos lúcido, menos cerca de ser brillante y menos feliz. Dice Walker que antes que muchos medicamentos los doctores nos podrían recetar dormir, porque muchos males se curarían gracias a la capacidad que tenemos de auto sanarnos y que se da mientras dormimos, pero es un tema cultural. ¿Qué doctor que no duerme bien te va a recetar dormir antes que un montón de medicinas?
En los niños es todavía más grave no dormir porque se desarrollan los órganos y el cerebro al dormir. De hecho es muy difícil que un niño que ha sido privado del sueño con regularidad durante su infancia, alcance la felicidad en la adultez. En el caso de los adolescentes aunque ya se desarrolló el cuerpo, lo que desarrolla al dormir es el raciocinio, por eso en la adolescencia se toman muy malas decisiones, no es flojera que duerma en vez de estar tomando decisiones, ¿no crees?
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