La bandera de Reino Unido con unos billetes al costado.
LONDRES.- La economía británica atraviesa una problemática rígida porque durante los próximos días se presentará un alza en impuestos y recortes en gastos públicos; anunció el ministro de Economía, Jeremy Hunt.
«Me temo que todos vamos a pagar un poco más de impuestos», aclaró en seguida Hunt.
El principal objetivo del gobierno del Reino Unido es demostrar su capacidad para reparar sus finanzas públicas porque la salida de la primer ministra Liz Truss provocó caos en los mercados financieros.
Por fortuna, los hogares más pobres de Reino Unido no sufrirán un impacto, debido a que serán equilibrados los recortes en servicios públicos.
Hunt precisó que esa iniciativa no busca agravar la recesión económica prevista, pero debe demostrar su capacidad para reducir el déficit presupuestario que se disparó tras la emergencia de covid-19 y la guerra en Ucrania.
Uno no quiere ejecutar causas que empeoren una recesión en la que pueda estar involucrado alguien, explicó mas adelante.
Pero, por otro lado, «si no se hace nada, si no se demuestra que vamos a reducir nuestra deuda (...) las tasas de interés suben y se agrava la recesión», aclaró el economista.
Sin embargo, Hunt y el primer ministro Rishi Sunak advirtieron que las decisiones aplicadas serán difíciles de sobrellevar porque existe un grave impacto inflacionario del 10 por ciento en la economía de los hogares británicos.
Pediremos sacrificios a todo el mundo, pero (...) tenemos que reconocer que no se puede pedir mucho a la gente que percibe ingresos más bajos, mencionó el funcionario.
Al ser cuestionado sobre los recortes del gasto, Hunt afirmó que una economía fuerte necesita buenos servicios públicos y que los recortes se harán de «forma equilibrada».
Boquete fiscal en Reino Unido
De acuerdo con datos del diario The Sunday Times, el funcionario Hunt planea abordar un boquete de 55 mil millones de libras esterlinas en el presupuesto británico.
La principal estrategia consiste en congelar las asignaciones del impuesto sobre la renta, la seguridad social, el impuesto de sucesiones y los recursos de pensiones durante los próximos dos años.
Y esto no es todo, el gobierno del Reino Unido también busca reducir a la mitad la exención de impuestos aplicados sobre las ganancias de capital. Así se lograría rebajar la expectativa para el tipo máximo del impuesto sobre la renta a 125 mil libras al año, específicamente desde las 150 mil libras.
En respuesta, muchos legisladores británicos del Partido Conservador se posicionan contra el alza en impuestos y eso podría reavivar las tensiones políticas.
Sin duda, la tensión en la economía del Reino Unido es mayúscula.
dineroenimagen con información de Reuters
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