Sin las plantas desalinizadoras, que proporcionan alrededor del 75 por ciento del agua potable del país, el estado judío se habría quedado seco por falta de recursos naturales.
En Israel el agua es un bien que escasea. la realidad es que no hay suficiente agua dulce natural para los diez millones de habitantes y significa que el país tiene que fabricar su propia agua.
Además, Israel es el país del mundo con mayor consumo per cápita de agua desalinizada por sus plantas desalinizadoras como la de Hadera, en el norte del país, que bombea agua del mediterráneo y la potabiliza 24 horas al día, 365 días al año.
La planta desalinizadora de Hadera.
(EPA)
Alrededor del 75% del agua que se consume en Israel procede del Mediterráneo. Sin plantas desalinizadoras, el país no tendría acceso al agua potable por falta de recursos naturales, según David Muhlgay, director general de Omis Water Ltd y responsable de la «megafábrica» de Hadera.
Muhlgay explicó a i24NEWS cómo una tubería puede desalinizar y suministrar al público unos 137 millones de metros cúbicos de agua potable.
«Podemos ver ahora, en todo el mundo, que el agua empieza a escasear. El 97% del agua de la Tierra está en el mar. Así que tenemos que aprender a [desalinizar] con eficacia», manifestó.
Tras ser extraída del mar, el agua marina se impulsa a tubos a alta presión, donde se filtra hasta convertirse en un líquido perfectamente puro. A continuación se añaden determinados minerales, como el calcio, antes de redistribuirla.
Esa técnica, denominada «ósmosis inversa», permite obtener agua potable en sólo 90 minutos.
Ya hay cinco plantas desalinizadoras como la de Hadera a lo largo de la costa mediterránea, y el número aumentará a siete en los próximos años en un esfuerzo por satisfacer todas las futuras necesidades de agua limpia de Israel.
Hasta el 75% del agua potable de Israel procede de esta planta.
(EPA)
«En 2018, el gobierno de Israel tomó la resolución de que para 2030 desalinizaría 1,1 mil millones de metros cúbicos de agua de mar, y eso anticipará todas las necesidades futuras, incluido el crecimiento de la población», señaló Muhlgay.
En los próximos 30 años, alrededor del 60 por ciento de la población mundial podría sufrir grave escasez de ese elemento vigal, según algunos expertos.
Fuente: Ynet Español
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