​¿Red flags (banderas rojas) en una persona o en una relación?

Repensemos el concepto antes de que «todo sea una advertencia»
|

BANDERAS ROJAS


Por: César Galicia / 24 de marzo, 2023


Desde luego, también existe la posibilidad de que se lleve bien con sus exparejas porque sea una persona manipuladora o que se lleve mal porque es una persona violenta. Pero no es el caso y es algo imposible de conocer sin contexto.

El discurso de las red flags tiende a descontextualizarlas de formas mañosas para generar un binomio víctimarie-víctima, en el cual la persona victimaria se reduce a sus aspectos más negativos, sin otorgarle ninguna posibilidad de explicación o justificación de sus comportamientos, tratándola como una bomba de tiempo siempre por explotar. En cierto modo, las red flags hablan más de la persona que las señala que de quien las encarna.

¿Cómo identificar mejor una red flag y darle su justo lugar? Pienso que hay que tomar en cuenta algunas cosas:

La primera, como he mencionado, es el contexto.


BANDERAS ROJAS 2

Usualmente, las acciones de una persona, por sí mismas, no significan nada, pero cuando se miran dentro del contexto en que suceden podemos entender mejor qué es lo que llevó a que tal persona actuara de tal manera ¿En qué contexto surgió eso que consideramos una red flag? ¿Qué hizo la persona después de eso? Es más útil ver patrones que comportamientos aislados.

Un segundo problema es que se habla de lo peligrosas que son, pero no de lo seductoras que pueden llegar a ser.

Porque aceptémoslo: habemos personas que vemos las red flags y nos envolvemos en ellas para tirarnos al vacío como Juan Escutia.

Las red flags, a veces, más que eso, son como sapos de colores, peligrosos, pero ¡Ah qué bonitos son! Más útil que sólo señalarlas, creo, sería también hablar de por qué nos llaman tanto la atención, por qué decidimos ignorarlas, por qué nos da miedo la confrontación moral que nos provocan (cuando sea el caso de que valga la pena esa confrontación).

Y justo ahí reside el tercer problema con las red flags que hacen suponer que, si se ignoran, es solo por una cuestión de fuerza de voluntad o de ganas de ser manipulación o qué sé yo.

Sí, tenemos responsabilidad en notar las señales y en decidir si les hacemos caso o no. Pero también es cierto que es difícil, sobre todo cuando estamos en el estado alterado de consciencia que es el enamoramiento.

BANDERAS ROJAS 3

Dicen en un capítulo de Bojack Horseman «cuando ves a alguien con lentes rosas todas las banderas rojas se ven sólo como banderas». Más que reforzar una idea de «¿por qué ignoraste las red flags, acaso eres tontoooo, te gusta ser tontooo?» podríamos mejor hablar de estrategias para tomar mejores decisiones desde la infatuación.

El discurso de la red flag es una manera de aligerar la chamba emocional alrededor de evitar una relación violenta, sí, y en ese sentido es muy valioso porque permite incluso hablar de comportamientos que quizás no son tan evidentes, pero que podrían revelar otros peores.

Pero si no contextualizamos lo que vemos, corremos el riesgo de simplificarlo y vivir toda la vida con el pensamiento universal que la gente de allá fuera es una mina tirada en un campo de flores y uno, como siempre, con su sistema de valores impoluto y benévolo, no es otra cosa que una inocente y pura víctima. 


Fuente: Animal Político, con imagenes tomadas de Google.

Comentarios