Juan Carlos, el escritor
Para ustedes la premisa misma del ADN es bioquímica, es decir, que lo que creen que es responsable del patrón de su vida es explicable por medio de su ciencia a través de sus procesos químicos y biológicos, pero hay atributos espirituales y energéticos interdimensionales en el ADN que son cuánticos, sobrepasan los conocimientos intelectuales.
La mayor parte de la química que pueden ver en el genoma humano está en estado cuántico. Aunque su ciencia no pueda medir el estado cuántico en este momento, ni el campo que lo circunda, hay evidencia de eso que digo dentro de la interrogante del genoma humano.
Sus científicos habían esperado mucho tiempo para ver «el genotipo en acción», y lo hicieron, pero se produjo una conmoción al ver que menos del cinco por ciento del ADN creaba genes. Esa pequeña porción creaba los genes y el resto parecía ser aleatorio, incluso caótico.
¡Imagínense! ¡El 90 por ciento del ADN parecía no hacer nada en absoluto! Sus biólogos sabían que no era así. No había ninguna explicación disponible.
Anoten y tomen consciencia de esto que voy a decir: «El 90 por ciento del ADN es reflejo de la espiritualidad».
Allí está el registro Akáshico, el Yo Superior, aquello que buscan y llaman «un portal hacia el otro lado», en estado cuántico. Ésos temas no están en los elementos químicos en absoluto.
El ADN lleva consigo una enorme cantidad de información luz y energías invisibles.
Hablamos del ADN como «entidad», como ente, como ser, no como una doble hélice química, y debido a la cuánticidad del ADN puede contener una enorme parte de espiritualidad.
El ADN contiene el registro de todo lo que los humanos han sido en el planeta y también su relación con Gaia (Tera, Pachamama). Contiene todo lo que han hecho y la espiritualidad de la que han aprendido en cada vida tras vida. Esta información está impresa dentro del ADN de caa ser humano.
A través de los eones, ningún humano pierde nunca ninguna revelación espiritual que haya tenido ¿ lo comprendes ?
Con «la intención dirigida» cualquier humano puede «despertar" hasta el punto en el que su ADN contenga lo que aprendió durante todas sus vidas. Sí se puede hacer.
Cada quien «despierta» su ADN con su intención y la revelación de Dios en su interior.
Todas las materias espirituales que han aprendido vendrán pronto de regreso a su parte consciente y serán suyas otra vez. Cada quien abrió la puerta original y ella les pertenece por derecho divino.
La sabiduría de las edades está impresa en ADN. Es cuántico y, por lo tanto, es inmenso y vasto. El cristal en la «cueva de la creación» almacena ese registro para ustedes y activa su ADN cuándo regresan en un cuerpo humano diferente.
Hay más, mucho más dentro del ADN: están los atributos divinos de la parte de Dios que son los humanos, Uno mismo en realidad.
La impronta del Yo Superior está allí.
El nombre angelical por el que yo los llamo está allí. Ese nombre no es un nombre en linealidad ni se pronuncia en el aire con vibración. Más bien, es un nombre que nosotros «cantamos» en luz. Y cuándo se lo pronuncia, vibra con tal majestuosidad divina que hasta las estrellas tintinean.
¡Ésa es la verdad!
¡Siéntanlo!
¡Recuérdenlo!
¡Recuérdenlo!
La impronta de quiénes son realmente está ahí. Llevan con ustedes piezas y partes del linaje de otros planetas, otras áreas y dimensiones del vasto Universo.
La energía de quiénes ayudaron a sembrar en ustedes la parte espiritual de la humanidad también está allí y les digo qué es Pleyadiana.
Es apropiado. Es hermoso. Es amoroso. Todo eso está ahí en su ADN, y para que esté ahí, tiene que ser una energía cuántica.
La nueva información es que el ADN proporciona un «campo» que los circunda a ustedes y es interdimensional. Ese campo es su consciencia divina, no su cerebro, ni su mente.
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