Los zapatos, consejeros de tu vida

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JUAN CARLOS 1


Un día pasas por una zapatería y ¡zas!

ves un par de zapatos fabulosos, bonitos, altos y diferentes.

Rápido pides tu número, pero no hay.

te mides otros, de número más pequeño.

Te pones ese par que te llevaron. No es el tuyo,

pero tienes la esperanza de que funcione.

Te miras al espejo y ¡Wow!

Son los zapatos más bonitos que has tenido en tu vida.

Te parecen perfectos. Te ves bellisima.

Solo hay algo que no encuadra. Te aprietan.

No mucho, sólo un poco, pero te aprietan.

Aún así, decides llevarlos porque te gustan mucho.

Al día siguiente te los pones. Tus pies terminan un poco cansados pero lo toleras.

Los días posteriores te aprietan más. Ya te duelen los dedos, pero te gustan tanto que de todas maneras decides volver a usarlos. Te ves fabulosa.

Pasan los días y ya tienes ampollas. Casi no puedes caminar.

No improrta. Esos zapatos te encantan.

Parece que estas autohipnotizada y no puedes dejar de usarlos.

Un día, los pies hinchados y doloridos no soportan más.

Ya no es posible continuar. Ya no se puede seguir con el auto engaño. Ya no te entran. Lo intentas, los aflojas, encoges el pie, te los pones a medias. Nada.

Te entristece, pero empiezas a entender que desde que los viste,

esos zapatos nunca fueron de tu medida.

Lo sabías bien, pero quisiste creer que con el tiempo cambiarían,

se ajustarían a ti, se amoldarían a tus pies.

Te engañaste con la esperanza de que con el tiempo desaparecería el dolor.

Ahora solo tienes dos opciones:

Guardarlos por si algún día te quedan aunque sabes que tus pies nunca encogerán.

Guardarlos con la esperanza de que poniéndote una curita te lastimen solo un poquito.

O dejarlos ir.

Agradecerles lo mucho que te hicieron feliz un tiempo aunque haya sido breve, y tirarlos o regalarlos para que los luzca otra mujer. Ya lo aceptaste. NUNCA TE QUEDARÁN.

El dolor te enseñó que siempre debes buscar tu numero, no otra medida incompatible con tu vida.


Así es el amor. A veces es mejor caminar incluso descalza.

Si te aprieta o no te queda es porque no le atraes. Está muy claro que no es de tu medida. Por más lindo que parezca, ese amor no se adapta a tu vida. No es para ti. Búscalo de tu número, que sea compatible contigo para que no te cause dolor.


Así es el amor.

ABC

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