Por David Enríquez
Quizá a nadie o a muy pocas personas les sean familiares nombres como Hipólito Martínez Mendoza o Catarino Erasmo Garza Rodríguez. Los dos tienen en común ser héroes desconocidos en su context, uno ficticio y el otro quizà real, pero ambos surgidos de obras literarias creadas por reconocidos actores politicos.
El primero de ellos es titulo de un libro a modo de novela escrito por el Miguel Alemán Velazco publicado en 1966, que en1981 fue llevado a las pantallas adaptado como guión cinematográfico con su nombre original de «El Héroe Desconocido», protagonizada por Rafael Inclán y varios actores destacados.
El segundo personaje, cuyo nombre da título a una obra de la autoría del mismísimo presidente de la república en 2016, a través del cual Andrés Manuel López Obrador destaca la trayectoria de quien describe como precursor de las ideas revolucionarias en 1891y cuestiona si Catarino Erasmo Garza Rodríguez, sujeto central, en realidad fue revolucionario o bandido catalogado contrario a la dictadura de Porfirio Díaz que gobernó México por más de 30 años.
En el caso de la novela salida de la imaginación del priísta, ex gobernador de Veracruz, hijo de un presidente de la república, Miguel Alemán Velazco; guarda varias similitudes con el libro que enaltece la figura de quien fuera perseguido y debió abandonar el país por ser contrario a la dictadura porfirista.
Aunque parecen nombres que no tengan ninguna correlación, los unen muchas analogías, la primera de ellas, que ambas fueron escritas por connotados políticos mexicanos. Tienen como figuras principales a personajes enaltecidos en distintos ambientes.
El libro adaptado a guión cinematográfico producido por la extinta Televicine no pasó de ser una película más, en la época en la que el cine mexicano estaba en franca decadencia y cuya máxima expresión era representada en ese entonces por las películas de ficheras, aunque al igual que los pícaros filmes, éste se perdió en el olvido de la corta memoria mexicana.
En la película, Hipólito Martínez Mendoza nunca existió, fue creado por el ingenio y necesidad del protagonista, Rodolfo Martínez (Rafael Inclán), con la finalidad de obtener dinero fácil, ganarse el amor de Chela (Diana Bracho) y de paso poner en el mapa a Valle Verde, su pueblo natal cuya sociedad monótona provinciana estaba deseosa por ser tomada en cuenta.
Hasta ahí la referencia de «El Héroe Desconocido» título que quizá resulte familiar para quienes sobrepasamos el medio centenar de vida y no porque hayamos leído el libro, sino que la película fue ampliamente promovida y transmitida innumerables ocasiones en la televisión por el otrora gigante de las comunicaciones: TELEVISA.
Sin embargo, este tema disimil viene a colación porque recientemente el senado de la república aprobó mayoritariamente una iniciativa enviada por el literato y mandatario federal, López Obrador, a través de la cual ordena disponer recursos económicos, materiales y humanos para enviar a la Isla panameña Boca de Toros, una delegación de 87 servidores públicos para buscar los restos de Catarino Erasmo Garza Rodríguez, con la encomienda de encontrarlos entre el 19 de febrero y 18 de abril, para traerlos al país a fin de recuperar la importancia histórica que reviste el periodista y general nacido en Matamoros, Tamaulipas, un 24 de noviembre del año 1859.
La mencionada aprobación causó indignación en algunos sectores de la sociedad, sobre todo a modo de reclamo y molestia por un nulo interés que el actual gobierno federal ha puesto en buscar a los más de 50 mil desaparecidos durante lo que va del sexenio. Para ellos no se ha dispuesto presupuesto ni intenciones de iniciar sus pesquisas, como sí lo han hecho a iniciativa propia muchos colectivos de buscadores.
La opinión pública se pregunta si en verdad es necesario en este país disponer dinero del erario público para exhumar restos de quien no se tiene la certeza de poder encontrar.
Comentarios