Protesta contra el gobierno del primer ministro israelí Netanyahu y para pedir la liberación de rehenes en Tel Aviv. Reuters
Mientras las familias de los rehenes piden la dimisión del primer ministro,
sus socios amenazan con abandonarle si acepta el plan de paz de Biden.
Por Amanda Pérez - El Español - 3 de junio 2024
Un asistente del primer ministro Benjamin Netanyahu confirmó el domingo que Israel había aceptado un acuerdo marco para poner fin a la guerra en Gaza. Un plan que promueve el presidente estadounidense Joe Biden, aunque desde Israel lo describen como defectuoso, para el que se requiere mucho trabajo. Esta decisión no convence a todos los miembros de la coalición y tampoco a los diferentes estratos sociales. El ministro de Seguridad Nacional israelí, Itamar Ben-Gvir, amenazó con derribar el gobierno si se firmase un acuerdo con Gaza sin la eliminación de Hamás.
En las calles se libra otra batalla. Las familias de los rehenes piden la dimisión de Netanyahu por no aceptar el plan de paz que permitiría la liberación de sus seres queridos. Alzando la voz todos los sábados desde que sucedió el atentado, informaron este fin de semana que se "pondrán en contacto en las próximas horas con todos los miembros del Gabinete de Guerra, del Gobierno y del Knéset (Parlamento), y exigirán la aprobación inmediata del plan".
Los integrantes del propio gobierno se han mostrado en pie de guerra ante el primer ministro. El ala dura de la coalición -representada por los ultraderechistas Bezalel Smotrich, del partido Sionismo Religioso (SR), e Itamar Ben Gvir, de Poder Judío- amenazaron con abandonar el Ejecutivo si Israel acepta el acuerdo. Además, la comunidad ultraortodoxa terminó enfrentándose con la propia policía para protestar contra la iniciativa para poner fin a su exención militar. Los defensores de la interpretación primitiva de la Torá tacharon de "antisemita" al propio estado de Israel por querer igualarles al resto de ciudadanos.
Judíos ultraortodoxos protestan contra del fin de su exención del servicio militar para ellos.
Benjamin Netanyahu aceptó el sábado la invitación para dirigirse a ambas cámaras del Congreso de Estados Unidos. El primer ministro israleí se convertirá en el primer líder extranjero en hacer cuatro apariciones de ese tipo allí.
"Me conmueve el privilegio de representar a Israel ante ambas cámaras del Congreso y de presentar, a los representantes del pueblo estadounidense y del mundo entero, la verdad sobre nuestra justa guerra contra aquellos que buscan nuestra destrucción", citó el comunicado. como dice.
Retorno de los rehenes
Van a cumplirse nueve meses desde que Hamás cometió el atentado y raptó a decenas de ciudadanos israelíes. Un tiempo en que las familias efectadas no han cesado en su lucha contra Netanyahu para que tome las medidas necesarias para la devolución con vida de los rehenes.
Tras la propuesta de paz de Biden, que incluye el intercambio de rehenes por presos palestinos, los organizadores de este movimiento volvieron a inundar las calles de Tel Aviv y otras ciudades, con el mayor número de participantes hasta la fecha: unas 120.000 personas. Pidieron la dimisión del primer ministro y la convocatoria de elecciones anticipadas.
Amenazas de dimisión
Los ministros de extrema derecha que conforman el gobierno le han dado un ultimátum. De abandonar la coalición, esta se caería y con ella el liderazgo de Netanyahu.
Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas, e Itamar Ben-Gvir, ministro de Seguridad Nacional, ambos de partidos ultraderechistas, dijeron que se oponían a llegar a cualquier acuerdo sin antes acabar con Hamás. En reacción a la postura receptiva ante el plan de EEUU.
Una actitud que resalta con la mostrada desde la oposición. Yair Lapid se comprometió a respaldar al gobierno si Netanyahu apoya el plan.
Ultraortodoxos enfadados
El ala más conservadora de la religión judía salió a la calle a protestar contra el estado "antisemita" que pretende eliminar su derecho (privilegio en comparación con el resto de la población israelí) de exención de reclutamiento.
El Tribunal Supremo israelí comenzó este domingo a escuchar argumentos en el caso de la exención militar de los judíos ultraortodoxos, que desde la formación del Estado de Israel pueden evitar el servicio militar obligatorio si estudian a tiempo completo en una escuela talmúdica (yeshivá), un asunto que ha provocado grandes divisiones en la sociedad israelí y dentro del gobierno.
Tras la movilización masiva de unos 300.000 reservistas para la guerra en Gaza, muchos israelíes reclaman al primer ministro que todos los jóvenes en Israel cumplan con su "deber" militar.
Los judíos ultraortodoxos protestan contra los planes de servicio militar obligatorio. Reuters
Esta petición es complicada para Netanyahu porque depende del apoyo de dos partidos ultraortodoxos (Shas y Judaísmo Unido de la Torá), que tienen la capacidad de tumbarlo si así lo deciden. A pesar de que los miembros del conservador Likud (el partido de Netanyahu) y las formaciones de la extrema derecha dentro de la coalición -Sionismo Religioso y Poder Judío- urgen a que la exención se termine.
"Hoy en día, existe una necesidad nacional real. Por lo tanto, estamos obligados a llegar a nuevos acuerdos y tomar decisiones que no habíamos tomado en 75 años", señaló el ministro de Defensa, Yoav Gallant (Likud).
Fuente: El Español
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