En un post en la red social X, con motivo de la cuarta Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos, celebrada ayer, 28 de julio, Francisco invitó a estar cerca de los que tienen una edad avanzada y a redescubrir su preciosa aportación «en la familia, en la sociedad y en la Iglesia».
Tiziana Campisi y Sebastián Sansón
En la cuarta Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos, celebrada ayer domingo 28 de julio, en un post en X, desde su cuenta @Pontifex, el Papa Francisco exhorta a estar cerca de quienes tienen una edad avanzada. "Estando cerca de los ancianos, reconociendo el papel insustituible que tienen en la familia, en la sociedad y en la Iglesia, recibiremos muchos dones, numerosas gracias, tantas bendiciones", escribe el Pontífice.
Celebrada cada cuarto domingo de julio, cerca de la conmemoración litúrgica de los santos Joaquín y Ana, que cae el 26 de ese mes, la Jornada Mundial de los Abuelos y de las Personas Mayores fue instituida por Francisco en 2021. El lema de este año, «En la vejez no me abandones», quiere poner de relieve cómo la soledad es, por desgracia, la amarga compañera en la vida de tantos ancianos que, a menudo, son víctimas de la cultura del descarte, se lee en la página web del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. Tomada del Salmo 71, es la invocación de un anciano que recorre su historia de amistad con Dios, especialmente elegida en este año de preparación al Jubileo que el Papa ha decidido dedicar a la oración.
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En su mensaje para esta ocasión, el Santo Padre invita a visitar los ancianos y mayores de nuestras familias, a los que están solos, desanimados y no esperan que un futuro distinto sea posible. También pide mostrar nuestra ternura hacia ellos y se refiere a la soledad como "amarga compañera de la vida de los que como nosotros son mayores y abuelos". Asimismo, como ha comentado en varias oportunidades de su Pontificado, recuerda las veces en que, siendo arzobispo de Buenos Aires, acudía a las casas de ancianos. "Me di cuenta -dice- de las pocas visitas que recibían esas personas; algunos no veían a sus seres queridos desde hacía muchos meses".
Francisco advierte que la contraposición entre las generaciones es un engaño y un fruto envenenado de la cultura de la confrontación. "Poner a los jóvenes en contra de los ancianos, asegura, es una manipulación inaceptable; está en juego la unidad de las edades de la vida, es decir, el real punto de referencia para la comprensión y el aprecio de la vida humana en su totalidad".
El Pontífice dirige palabras de agradecimiento a las personas que, aun con muchos sacrificios, se están ocupando de un anciano o sencillamente muestran cada día su cercanía a parientes o conocidos que no tienen a nadie.
A su vez, el Sucesor de Pedro concede, a través de la Penitenciaría Apostólica que ha divulgado un decreto, la indulgencia plenaria en las condiciones establecidas por la Iglesia (confesión sacramental, comunión eucarística y oración según las intenciones del Romano Pontífice) a los fieles que, movidos por un verdadero espíritu de penitencia y caridad, participaron en los diversos oficios en todo el mundo. Igualmente, aplica a los mayores enfermos, a sus cuidadores y a quienes no pudiendo salir de casa por un motivo grave se unan espiritualmente a los sagrados servicios de la Jornada Mundial, "ofreciendo al Dios Misericordioso sus oraciones, dolores o sufrimientos de su vida, especialmente mientras se retransmitan las diversas celebraciones a través de los medios de comunicación”.
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