Publicado por Alberto Corbi Publicado por Jesús Martín Orbea
Alumno del grado en Física de UNIR
Creado: 17.09.2024 | 16:06 Actualizado: 17.09.2024 | 22:24
Es posible que en algún momento hayas escuchado esta pregunta, o que incluso si no lo has hecho, te parezca razonable al leerla en el titular de este artículo. Antes de abordar el fondo, analicemos el concepto de “falsa dicotomía” y por qué la pregunta en sí misma no tiene sentido.
Una dicotomía es algo que sólo tiene dos partes. Ejemplos: una pregunta con sólo dos respuestas posibles, un lanzamiento de moneda que inevitablemente será cara o será cruz, el número natural que si no es par será impar, o la situación vital de una mascota que salvo en el caso del amigo Erwin Schrödinger, si no está viva estará muerta.
Una dicotomía es algo que sólo tiene dos partes. Fuente: Bing / Jesús Martín Orbea
La “falacia de falsa dicotomía” (o “falso dilema”) se presenta cuando se nos da a elegir entre dos hipotéticas únicas opciones con la intención de que estimemos como cierta la menos mala, obviando que además de esas dos opciones existen otras muchas.
Se nos da a elegir entre dos hipotéticas únicas opciones con la intención de que estimemos como cierta la menos mala. Fuente: Bing / Jesús Martín Orbea
Sabiendo eso,podríamos reformular la pregunta como “¿Por qué financiamos guerras, religiones o reinados cuando hay personas muriendo de hambre y sed en el mundo?”. En España, según los presupuestos generales del Estado consolidados de 2023, el Ministerio de Ciencia e Innovación obtuvo sólo un 1 por ciento del presupuesto total del gasto del país, y por supuesto la parte que se dedica a investigación básica ha sido mucho menor.
La historia del constructor de lentes
Dejando de lado el falso dilema, veamos por qué es importante esta inversión recordando la respuesta que dio a esta misma pregunta, a finales del siglo pasado, Ernst Stuhlinger, director asociado de ciencia en el Centro de Vuelos Espaciales Marshall de la NASA.
Cuestionado por la necesidad de una inversión multimillonaria en exploración espacial cuando había niños muriendo de hambre en la Tierra, el Sr. Stuhlinger respondió con la narración de una historia que evidencia la conveniencia de la inversión en ciencia básica porque, aunque una investigación no reporte un retorno inmediato podría acabar siendo la base de descubrimientos posteriores que sí lo reporten. Contaba el señor Stuhlinger que existió un conde en el norte de Europa que ante la pobreza que asolaba sus tierras repartía parte de su riqueza entre sus vasallos. Esto era muy apreciado en una época medieval en la que las hambrunas, epidemias y plagas situaban la esperanza de vida en torno a los 31 años. Cierto día, el conde se topó con un fabricante de lentes que se dedicaba a montarlas en diferentes tubos y utilizaba sus montajes para observar objetos realmente pequeños que se escapaban a la mirada limpia del ser humano. Al Conde le intrigó tanto lo que podía verse a través de aquellos tubos que se convirtió en mecenas del fabricante de lentes y le permitió trasladarse a su castillo para perfeccionar el instrumento.
El Conde se convirtió en mecenas del fabricante de lentes. Fuente: Bing / Jesús Martín Orbea
Ante esa situación, la gente del medievo reaccionó como quienes hoy se cuestionan la investigación espacial. No entendían que, habiendo plagas y hambruna, el conde dilapidara parte del dinero en un entretenimiento estéril. Aunque en aquel momento no se entendiera, hoy está clara la aportación del microscopio a la medicina, al control de las plagas o al aumento de la producción de alimento a nivel mundial. Porque quizá un proyecto que sólo parece servir para ver cosas pequeñas no nos soluciona los problemas a corto plazo, pero a la larga, puede aportarnos la clave para solucionar problemas mucho mayores.
La investigación espacial no ha servido para eliminar el hambre en el mundo, ni debe ser esa su función. Lo que sí ha aportado han sido soluciones que han salvado más vidas que las que se hubieran salvado enviando a esos lugares el presupuesto de la NASA en forma de recursos.
Este texto es un escrito coordinado entre alumnos y claustro de la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). El artículo forma parte de la colaboración entre MuyInteresante y el Grado en Física de UNIR.
Fuente: MuyInteresante
Comentarios