Se avecina otra oleada nepotista y de derroches

Elecciones fingidas para entregar la rectoría a otro más de la manada

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RAMON GARCIA RIVERA


Por Alfonso BLANCO CARBAJAL

Ramón García Rivera ganó la rectoría de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED) porque le limpiaron el camino para que llegara sin adversarios. Fue una designación anticipada con mascarilla electoral y un triunfo insípido contrario a las elecciones de los anteriores rectores que han dilapidado el presupuesto de la casa de estudios.

La UJED que ellos quieren «comienza hoy» y lo manifestó con mucho estilo el afortunado nuevo rey Midas del alma mater que va a hacer felices a sus seguidores, los futuros nuevos millonarios que va a producir la institución de estudios superiores y de beneficiencia para el grupo afortunado.

Suertudotes los que forman parte del «grupo de trabajo» del nuevo «señor rector» porque de ellos serán los caudales en los próximos seis años, protegidos por esa autonomía que tanto defienden con apasionado interés y con devota sacralidad. Esa es la valiosa autonomía que tanto reclaman porque se sienten burlados y ellos son los violadores de la casa de estudios.

Durante las manifestaciones que sirvieron de bandera política a Rubén Solís salió un adjetivo que un viejo universitario, molesto por los despilfarros y desviaciones multimillonarias del presupuesto, los aludió con originalidad y los describió como «rectores sanababichis». Estaba en un café del museo Francisco Villa y comentó que se gasta más dinero en divulgar que la UJED es de las mejores, porque las rectorías desvían mucho el presupuesto al manejo de imagen, y que el prestigio sólo es aparente.

En esa misma ocasión se describió como «el mejor uñas largas de la UJED» a Rubén Calderón Luján, ex rector y ex secretario de Educación del Estado de Durango que contaminó la administración del gobierno del estado y a José Rosas Aispuro lo hechizó con el procedimiento para repartirse compensaciones cada cuatro meses, como lo empezó a hacer antes en la casa de estudios. Calderón Luján también «se bailó» con anterioridad al senado cuando manejó sus finanzas.

No importa la cantidad de votos con la que Ramón García Rivera gana la rectoría porque ya la tenia designada con anterioridad. Que obtuvo mayoría con el 93.4 por ciento de los sufragios emitidos por los consejales que serán favorecidos, tampoco es relevante en esa farsa electoral.

García Rivera se cobijó de inmediato con las palabras que cada día utiliza el gobernador del estado, Esteban Villegas Villarreal, y aseguró que «todos los que integran esa institución tendrán un rector amigo».

No tenia un discurso preparado, se le hizo fácil plagiar vocablos, y de paso se comprometió a «reagrupar a los universitarios en un mismo sentido, a enfocarlos en la unidad y la congruencia, al trabajo y al diálogo». Tomó prestada la misma retórica que mañana va a tener el sello de la demagogia.

Sus seguidores ya pueden decir que pronunció un mensaje muy emotivo, pero tiene la misma firma demagógica que sus antecesores, que se comprometieron a barrer y sacar toda la basura e hicieron lo contrario. No tienen que enseñarles a agarrar nada, solo los ponen donde hay y los resultados posteriores son evidentes.

De Rubén Solís hay publicaciones y circulan en las redes, en las que se asegura que "metió en la nomina a seis amigas y a varios familiares" y no anuló ninguno de los procedimientos inventados por Rubén Calderón Luján, aprobados en su momento por el muy HONORABLE consejo universitario, por la idea brillante que se le ocurrió para repartirse compensaciones de un mes de salario tres veces al año, opuestas y desconocidas por la Ley Federal del Trabajo.

Siguen los derroches heredados con toda la transparencia ofrecida por Rubén Solís, que a partir de diciembre comenzará a disfrutar el sueldo vitalicio que va a recibir por haber sido rector, igual que los anteriores, más la pensión con un salario superior al que ganaba el ex presidente Andres Manuel López Obrador, de 158 mil pesos mensuales hace dos años.

Muchos universitarios coinciden en que Rubén Calderón Luján dejo bien cimentados los caminos del derroche en la UJED y ningún rector posterior se ha propuesto eliminarlos porque se sacaron la lotería y no la sueltan, aunque están conscientes de que roban, roban y roban a la UJED. Si lo dudan hay muchas pruebas documentales.

Se ha comentado también que es un error haber encarcelado a Rubén Calderón Lujan porque deben levantarle un monumento en vida, no esperar que muera para comenzar a popularizarlo como el arquitecto diseñador del procedimiento que aseguran les ensenó a las 14 universidades, incluída la UNAM, que se encuentran en las mismas condiciones financieras que la UJED.

Es una injusticia, dicen, que Calderón Luján esté en la cárcel. Más bien deben recompensarlo, premiarlo, honrarlo, porque es el duranguenses artífice de los latrocinios que se cometen en la UJED con la complicidad del consejo universitario, y en las otras 14 universidades que han estado en crisis.

Lo que tambien es cierto y vale la pena mencionarlo. Ruben Calderón Luján pisoteo muchas cabezas en su trayectoria. Se apasionó como si hubiese tenido asegurada su permanencia en la cima. Destruyó a muchos que ahora celebran su caída, y de todos los que ayudó es probable que ninguno se acerque a darle palabras de aliento.

La UJED es como la casa del jabonero. Por muy limpios que sean y tanta honestidad que presuman, desde Ruben Calderón Luján hasta el actual Rubén Solís se han estrellado en el piso por los resbalones.

Hay que esperar para ver y saber qué hace Ramón García Rivera con la agencia de colocaciones más grande de la entidad, despues del gobierno del estado.

O la limpia, o la deja más sucia que sus antecesores, que la dejaron como lazo del cochino.

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