A partir de la historia personal, el ser humano crea nuevo conocimiento, nuevas historias y nuevas experiencias.
No hay inteligencia artificial que genere conocimiento o realice actos espontáneos. En un artículo publicado en la revista Nature, los científicos de la Universidad de Zaragoza Miguel Aguilera y Manuel Bedia concluyeron que se puede llegar a una inteligencia que genere mecanismos para adaptarse a las circunstancias.