Por Alfonso BLANCO CARBAJAL
¡Qué chido! No cualquiera puede declarar sin ningún pudor, angustia ni dolor que Durango todavía conserva su posición relevante entre las cuatro entidades federativas más saturadas de ratas de dos patas, de esas que están incrustadas en todos ámbitos oficiales y sociales del sistema republicano que a todo mundo le hace creer y sentir que vive en una auténtica democracia llena de honestidad, justicia y paz.
Y no ha bajado su puntuación hasta que se demuestre con fundamentos que se cumplen todas las promesas que flotan en el viento. A los ofrecimientos pomposos y fallidos de la última campaña política a nivel estatal se agrega la triste y desventurada mortandad que provocaron los médicos y propietarios de los «changarritos» denominados hospitales privados, los mimos que se prestaron para lucrar con la anestecia caducada y causaron la meningitis que ya se ha llevado a muchas mujeres y a algunos hombres.
No es necesario mencionar cantidades porque ya rebasaron el limite de los números tolerables cuando ocurren por circunstancias normales, y menos cuando no hay esperanzas de que se actúe contra los responsables porque hubo un acuerdo, un arreglo para darle tiempo a que se escondieran y se acomodaran sin preocupaciones en cualquier parte de México, un territorio contaminado por la enfermedad provocada por las diosas corrupción e impunidad.
Entre periodistas periodistas se acostumbra a practicar el adagio mítico para no lastimarse unos a otros, excepto cuando el mas perro quiere morder porque se siente superior. Otros dicen que «entre gitanos no se vale leer la mano» o que »perro no come carne de perro», y lo mismo practican en otras profesiones, pero NO cumplirlas por compromiso cuando hay varias decenas de vidas de por medio ya no es una tragedia, es una verdadera chingadera que soslaya el que mece las cunas en las que acostaron a los asesinos, los cuidan y les mantienen el biberón en el hocico. Si, hocico porque se trata de perros muy perros que provocaron mucho dolor y solo Dios sabe cuanto más van a provocar porque tienen licencia para matar.
Se burlaron y se burlan más porque tienen inmunidad por la impunidad que pueden practicar los mismos que hablan de seguridad publica y toleran la corrupción; los que se tapan la boca, las orejas y los ojos para no responder con justicia a las familias destrozadas por esa hambre despiadada que padecen todos los que no viven si no roban cada día; de salud pública, con ofrecimientos continuos de que es la prioridad numero uno de los programas sociales de la entidad, pero no se hará realidad ese sueño porque la honestidad y la justicia solo pertenecen al país de nunca jamás.
Los duranguenses están obligados a permanecer con la boca cerrada porque todo lo que reclame se va a efrentar a los mismos resultados de la indiferencia de aquellas promesas parecidas al lamentable «cambio» tan prostituido que dejó a un Durango hundido con su prestigio podrido a nivel nacional.
No cualquiera tiene impunidad para cometer tantas fechorías en el sistema de gobierno. No cualquiera, solo los que salieron mañosos desde chiquillos y tienen la protección de las altas esferas gubernamentales. Los que aprendieron a medrar y a madrear con abusos de poder. No cualquiera puede presumir pertenecer a un estado que ostenta una de las cuatro posiciones mas deleznables del país por el monto de sus dilapidaciones y su gente de mala levadura. No cualquiera tiene licencia para robar y matar. No cualquiera, solo lo protegidos de la escoria oficial.
«Qué chido ser del Durango corrupto que no cualquiera puede presumir.
No cualquiera.
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